Roberto Russo, Director de la GAF y Gabriel Grasiuso, Presidente de la Federación Iberoamericana de Franquicias (FIAF) fueron parte de las 150 personas que estuvieron presentes en la presentación de una nueva edición de un medio referente para los que quieren invertir. En su paso por “Franquicias que Insipiran” contaron las novedades de la guía oficial de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias y hablaron de cómo esté el mercado en la región.

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¿Qué trae esta nueva edición?

Roberto: Esta guía tiene 188 nuevas propuestas que vienen con la ficha técnica, con los datos de inversión y contactos de cada empresa pero lo importante para los emprendedores es que pueden elegir y comparar distintas franquicias que vayan de acuerdo a su presupuesto y gusto. Como todo negocio que encaren, más allá de que las franquicias ya tienen un formato establecido, tienen que elegir algo que los haga felices y que haga que se enamoren de la marca. Para poder elegir bien hay que comparar y esa es la alternativa que ofrece en todas sus ediciones la guía de franquicias.

También tiene notas muy interesantes de orientación al inversor y también para los franquiciantes. Hay notas sobre los cambios en la ley de marcas, el coaching en las franquicias y además tiene algunas experiencias de franquiciados.

–          ¿Dónde se consigue la guía?

Roberto: la vendemos a través de nuestro portal con entrega incluida y también se puede adquirir en librerías Yenny, El Ateneo y Cúspide del país. Si viajan por avión, en los kioscos de Aeroparque o Ezeiza o Buquebús.

–          Gabriel, ¿Qué te parece la nueva guía?

Gabriel: La verdad que el evento de hoy fue impresionante. Año a año la guía se supera y es un producto de alta calidad. Tengo la oportunidad de viajar y ver productos similares pero esta es una guía de primer nivel.  Hay países que hacen esto hace muchísimos años y es mejor que muchos de esos productos. Además que tenga 188 fichas es muy interesante para el nivel de marcas que hay en el país.

Roberto: Gracias a Gabriel llevamos la guía a las exposiciones que organiza como la de Paraguay, Uruguay y Bolivia y afortunadamente también en esos países la vendemos muy bien.

Algo para destacar es que a través del tiempo cultivamos entre nosotros, con colegas y franquiciantes una relación humana interesante y hoy el clima es muy agradable.  Hay compañerismo y afecto entre colegas aunque sean competencia.

–          ¿Cuáles son las debilidades o los grandes desafíos como sistema de franquicias de América Latina?

Yo creo que hay un punto muy interesante que es el de la capacitación. Todavía en nuestra región los modelos de franquicia son bastante incipientes más allá de que algunos países puedan tener cierto desarrollo. Me animo a decirte que hoy asociaciones como la de Brasil, que ya tiene posgrado, tiene diplomados y cursos, es un sistema que ya ha madurado mucho y va en su segunda versión de la ley de franquicias. En México la situación es similar. Tienen diplomados en combinación con las universidades privadas que le hicieron muy bien al sistema.  Al resto de los países nos vendría muy bien empezar a profundizar.  Tener una idea es muy bueno pero tener una idea y llevarla a cabo y poderla sostener en el tiempo es más difícil.

La franquicia es compartir. Uno desarrolla un modelo de negocios que está dispuesto a compartirlo con terceros y que en definitiva otros lo van a gestionar. Si se parte de esa base se supone que uno está dispuesto a compartir y a arreglar los problemas que surjan. Hay que ir por ese camino y no apurarse. Hacer las cosas bien para que tengan éxito.

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Las franquicias tienen un componente muy importante que es la elección del franquiciado. Estoy cansado de ver gente que dice que el modelo no funciona y reniega contra la franquicia pero la red tiene 100 modelos que funcionan entonces es difícil que estén los 99 equivocados.  El franquiciado tiene que cumplir un perfil y requisitos que la marca necesita. Si tiene el dinero es la tercera pregunta que tendría que hacerse, no la primera. La primera es si le gusta  el negocio, la segunda si tiene tiempo para gestionarlo y la tercera es si tiene plata para hacerlo.

La gente cuando dice que vende la franquicia está en el concepto equivocado. Uno otorga derechos de uso. Cuando vendo dejo de tener posesión de ese servicio y otorgo el uso de mi marca y mientras dure el contrato tengo el control de mi modelo de negocio.  Cuando la gente dice “quiero vender mi franquicia” está buscando ser una caja rápida.

–          ¿Cómo están las microfranquicias en el continente?

Primero hay que definir qué es una microfranquicia. Las franquicias son franquicias, las hay de baja inversión y alta inversión. La microfranquicia se denomina cuando juegan otros componentes como el estado y la banca y los microemprendimientos se vuelcan al sistema de franquicias. Por ahí empieza ese ecosistema de las llamadas microfranquicias que en un momento hace 3 o 4 años tuvieron un boom interesante porque todos querían conseguir gente que tenía menos inversión. La verdad es que los negocios son negocios y se tienen que poder mantener, cuanto más pequeño, la utilidad es menor y es más autoempleo que un modelo de negocio en sí pero en realidad no se ha logrado desarrollar mucho después de ese mini boom porque tampoco los gobiernos le han puesto el ojo a esos modelos de negocio.

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–          Hay otro concepto referido a la parte de emprendimientos sociales, ¿No?

Hace dos años teníamos una discusión en la federación por la definición de la microfranquicia. En un momento se llegó a decir que podía ser una inversión de hasta dos o tres valores del PBI de cada país porque no se puede definir una franquicia de 7-8 mil en un país como Chile o Uruguay que tienen un PBI de 17/18 mil dólares per cápita una microfranquicia tendría que ser de casi 60 mil dólares.  Ahí empiezan las discusiones. No defino la micro por un monto de inversión.

En la India hay franquicias de 100 dólares y hay millones. En algunos países se está buscando a través del gobierno generar la formalización de un trabajador a través de la microfranquicias. Se trata de oficios puntuales que están prestando un servicio sin una capacitación.

Lo que más aporta la franquicia es capacitación. Si yo llego a un mercado y no hay mano de obra calificada no me interesa. Yo la voy a calificar y eso aumenta el nivel de capacitación de la población y también aumenta el autoestima de la población que aprende un oficio y genera la formalización.  Las franquicias se veían por ese lado, por formalizar a una parte de la población que ni sabía cómo cobrar sus servicios.

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FRANQUICIAS QUE INSPIRAN, un formato multiplataforma conducido por Gonzalo Otalora, donde se difunden oportunidades de negocios para inversores, emprendedores y comerciantes.  
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